De acuerdo con el relevamiento, sobre 290 especialistas consultados, el 86% recomienda el consumo de carne vacuna como parte de una dieta equilibrada, balanceada y natural.
En cuanto a la relación de los pacientes con el consumo de carne, el 64,7% de los nutricionistas y profesionales de la salud aseguró que es positiva —es decir, que la consumen con frecuencia y sin cuestionamientos—, mientras que un 32,2% señaló una relación moderada, marcada restricciones. Solo un 3,1% describió un vínculo crítico, caracterizado por el rechazo o el no consumo habitual de la carne.
Consultados sobre el valor de este alimento en sus planes de abordaje nutricional, el 68,5% lo consideró esencial por su aporte de proteínas, hierro y micronutrientes. En el otro extremo, apenas un 5,9% opinó que debería limitarse, ya sea por razones de salud o de sustentabilidad.
La encuesta también mostró que menos del 10% de los pacientes de los profesionales no consume carne vacuna. Ante estos casos, más de la mitad de los especialistas (51,1%) explicó que suelen remarcar los beneficios nutricionales de este alimento.
Respecto de los motivos que influyen en quienes deciden no comer carne, los nutricionistas apuntaron principalmente a la influencia de las redes sociales (30,8%), a la información nutricional recibida (28,9%) y a los costos y la accesibilidad (32,4%).
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